Gannan, 5 de noviembre de 2025 — Del 1 al 5 de noviembre, el equipo de Esun emprendió un viaje de construcción de equipo de cinco días a Gannan. Llevando la emoción por vastas praderas, campos de nieve puros y culturas étnicas únicas, el equipo se embarcó en un viaje lleno de sorpresas, desafíos y recuerdos inolvidables.
El viaje comenzó con risas y anticipación, pero la impresionante belleza de la meseta pronto vino acompañada de los desafíos de la gran altitud. Algunos compañeros de equipo experimentaron un leve mal de altura: mareos, falta de aliento o fatiga. Sin embargo, fue durante estos momentos que el verdadero espíritu de Esun brilló con más fuerza. Los miembros del equipo ofrecieron agua caliente, tanques de oxígeno y medicina, junto con palabras de consuelo y aliento. Cada pequeño acto de cuidado fortaleció el vínculo dentro del equipo, convirtiendo la adversidad en calidez y unidad.
A medida que el convoy viajaba por la renombrada Autopista Jiangdie — un tramo de 106 kilómetros completamente fuera del alcance de comunicación — el equipo estuvo momentáneamente desconectado del mundo exterior pero reconectado con la naturaleza y consigo mismos. Montañas nevadas y majestuosas bajo el cielo azul, vastas praderas cubiertas con la primera nieve — cada escena se desplegaba como una pintura pura y magnífica. No solo fue un viaje a través de paisajes, sino también un viaje de paz interior y reflexión.
Durante la visita a los hogares de los pastores locales, el equipo experimentó una genuina hospitalidad y una rica cultura local. La fragancia del té de leche tradicional, la calidez de las sonrisas y la simplicidad de la vida nómada ofrecieron un vistazo a un mundo diferente. Montar a caballo a través de la pradera nevada, aunque un poco desconocido al principio, le dio a todos un sabor de libertad y euforia — momentos que perdurarán en la memoria durante años.
Cada día en Gannan traía una nueva aventura. Desde conquistar la incomodidad de la altitud hasta abrazar horizontes cubiertos de nieve impresionantes, el equipo de Esun aprendió el valor de la perseverancia, el apoyo mutuo y el crecimiento colectivo. Desconectados de las distracciones digitales, encontraron un renovado enfoque, conexión y aprecio por los demás.
Este viaje no solo se trató de explorar la naturaleza, sino que fue una prueba de resistencia, trabajo en equipo y espíritu. El equipo de Esun regresó no solo con fotos impresionantes, sino también con una comprensión más profunda de la cooperación, la resiliencia y la diversidad cultural. Estas experiencias compartidas continuarán fortaleciendo la unidad y el impulso del equipo, inspirando a todos en Esun a avanzar juntos, a través de desafíos y triunfos, hacia alturas aún mayores.